LA CORTESIA
Ser cortés no le resta puntos a su personalidad. Al contrario, le suma virtud a su comportamiento. Sí, porque los buenos modales no forman parte del carácter, sino de la conducta de los seres humanos que, en conclusión es lo que determina su nivel de educación y formación. Así lo manifiesta el sicólogo y orientador Hugo Abad, quien asegura que jamás se atribuirá a la apariencia de una persona un gesto de cortesía. “Me explico.
Cuando usted dice fulano si es educado, nunca hace referencia a si es feo o si es bonito, simplemente, se refiere a un acto conductual que en efecto ayuda a que la persona se vea hasta mejor fisicamente”.
El especialista refiere que el simple hecho de una persona dar los buenos días, dar las gracias, pedir por favor, tener gestos solidarios para con el prójimo, aplaudir en los momentos oportunos y en fin, ser humilde y demostrar que, en verdad se es, retribuye incalculables beneficios a quien posee la facilidad de hacer uso de estos elementos de cortesía.
Comenta que en el libro “La cortesía y el desarmado”, de Agustín Mendoza, un escritor mexicano, hay un párrafo que reza: “La cortesía juega un papel fundamental para una convivencia armónica entre hombres y mujeres. Mediante ella se pueden evitar muchos problemas. El simple hecho de dar los buenos días, ayudar a una persona a cruzar la calle o bien el no caer en la provocación de alguna persona agresiva, ayuda en mucho para crecer como personas”.
Luego de hacer esta cita reflexiona sobre ella, alegando que es lamentable que cada vez más personas se dejen llevar por la prisa, por el trabajo y en definitiva, por las cosas vanas, y obvien los buenos modales, especialmente la cortesía que, es la que ayuda al ser humano a tener un mejor manejo de su vida con los demás.
Por ello es que apela, a que los padres se preocupen más por educar a su hijos desde cero edad, pues eso asegurará que el niño crezca con una formación inquebrantable.
La pérdida de la cortesía es un problema social
Según María Consuelo Mendoza, ha trascendido tanto la inversión de valores y, por ende, la pérdida de la cortesía, que el problema ya no se advierte a nivel de hogar ni de escuela, sino a nivel social, “y por eso es que hay que comenzar a rescatar esos valores que tanto le suman al comportamiento de una persona y que de manera significativa contribuyen al desarrollo de la sociedad”.
Considera que cuando un pueblo es cortés ha dado su primer paso hacia el desarrollo, pues los turistas que lo visiten hablarán muy bien de sus bondades, y esto indisctiblemente le beneficia en todos los apectos.
Mendoza dice que no es que quiera culpar a alguien por el deterioro de los gestos de cortesía, pero opina que, a parte de la ausencia de una buena educación hogareña, existe otro aspecto determinante en la provocación del problema. Se trata de la influencia de los medios de comunicación, especialmente de la televisión.
Sobre este aspecto detalla que “en los últimos tiempos es común ver programas en los que se irrespeta a los ancianos, haciendo burla de ellos, así como también películas en las que los valores brillan por su ausencia.
Pero el valor de la cortesía puede recobrarse, y el mejor antídoto para lograrlo es hacer deporte, acudir a centros de apoyo a la comunidad, cuidar la actuación y ser amable en todo momento. Todo esto contribuye a brindar la imagen que tanto necesitan las nuevas generaciones.
Reglas de cortesía
Las reglas básicas de la cortesía son sencillas, reflexiona María Consuelo Mendoza y corrobora Hugo Abad. Es cuestión de tener fuerza de voluntad para poner en práctica las siguientes reglas, las cuales fueron suministradas por Mendoza con créditos a una artículo de la Internet titulado “Antología sobre la cortesía. Los mejores pensamientos sobre la cortesía”.
1- Alabar siempre lo bueno de los otros, suprimir los reproches, darle importancia a los demás y prestarles atención.
2- Citar siempre errores propios antes de referirte a los ajenos, así nunca parecerá que presumes de tus virtudes.
3- Tratar bien a las personas es un problema diario que debe resolver bien todos los días.
4- Con la cortesía sucede lo mismo que con la bondad. Quienes no la usan dan la impresión de ignorancia.
5- La cortesía es un buen negocio. Cuantas personas tenemos atención con las demás por puro egoísmo.
6- Solo llegaremos al corazón de los demás, si les convencemos, en la forma de tratarlos, que reconocemos en algo su clase o categoría.
7- Sólo llegaremos al corazón de los demás, si les convencemos, en la forma de tratarlos, que reconocemos en algo su clase o categoría.
8- A veces la cortesía consiste en fingir para los inteligentes menos inteligencia que la de ellos, y para los tontos, fingir aún más.
9- La atención de los demás nos da el límite que hemos de poner a nuestras palabras.
10- Todo el mundo suele agradecer que nos interesemos, sin exageración, por los pequeños detalles de su vida.
11- No debemos perder las bellas ocasiones de callar, que a diario nos regala la vida.
12- La cortesía de la amistad más distinguida consiste en respetar a los amigos en su ausencia. Este respeto es signo de elegancia.
13- Gran parte de nuestra educación básica, se adquiere antes de los veinte años, después es guardada en el fondo de los conceptos indiscutibles.
